Una vez que hemos detectado el trastorno disocial o negativista desafiante queremos, evidentemente, ponerle una solución para que, con el tiempo, no cause estragos mayores tanto en la vida del niño como en la vida de aquellos que le rodean. Pondremos en marcha una serie de estrategias, sí, pero, ¿somos conscientes de los objetivos a alcanzar con estas que no sean únicamente la desaparición del trastorno? Presentamos, pues, un pequeño listado de los diferentes objetivos que podemos cubrir con las medidas que tomemos.
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